"De los Pokemones al Crecimiento Personal: Reflexiones sobre la Tribu Urbana Chilena y la Búsqueda de Identidad"
Del año 2006 al 2010 lo que más llamaba la atención en la población chilena eran los Pokemones. Tribu urbana originaria de nuestro país que habrá atormentado a más de un adulto en su momento. Lo consideraría el auge sexual en Chile de hecho, ya que en cualquier plaza de Santiago se podía encontrar a estos adolescentes expresando sus deseos sin vergüenza, lo que probablemente más de alguna señora llamó “libertinaje”.
Y probablemente así se veía para cualquiera que no perteneciera. Pelo mal decolorado y cortado de manera para nada uniforme, colores incombinables y fuertes en la ropa, estrellas, collares de perlas, pinches, zapatillas gruesas, infaltables piercings y el infame pantalón pitillo fue lo que le dio la identidad física a esta tribu, ya que no había requisitos ideológicos para la misma, pero si se compartía el sentimiento de no pertenecer y ser rechazado ya sea solo por la misma familia, o la sociedad entera.
Como persona nacida en el auge de toda la hediondez que fueron las tribus urbanas, y que no pude experimentar lo que fue ser segregado en masa junto a un grupo de amigos igual de torrantes que yo. Solo puedo mirar lo que fueron esos años como algo muy ajeno.
Lo que fueron todas estas personas fue vivir de la manera que querían esos pocos años y seguir adelante con sus vidas cuando la moda murió. La mayoría diría yo, estaba entrando a la adultez acercándose a los 2010. cosa que requirió que se dejara de lado el estilo de vida que se llevaba. Siendo (probablemente) para mejor.
Estaba bien para pasar el rato, pero creo que hasta ellos sabían que no duraría mucho.
En el martirio que fue escribir esto, vi un par de entrevistas de personas que solían ser pokemones, y que expresaban la vergüenza y arrepentimiento que les brinda esa era. Admito que comparto mucho ese sentimiento, y está completamente justificado pero hay algo en eso que no me gusta del todo así que aquí está mi conclusión.
No es que no haya que arrepentirse de como fuimos, lo que me parece que se debe evitar es invalidar y rechazar estos momentos pasados volviéndolos negativos. Son vivencias, etapas incluso para muchos, es descubrimiento y debería durar lo que se necesite para sentirnos bien al fin. Me parece importante replantear siempre el cómo pensamos y si realmente lo pensamos tan a rajatabla. El sentimiento de exclusión y de sentirse distinto a todos los demás, escuchar música que sabemos que es mala y machetearse el pelo desastrosamente, creo que son cosas que deben pasar para encontrar nuestra identidad y deseada felicidad. Porque mirar al pasado y sentir vergüenza es la mayor prueba de que hemos crecido.
SA